La Generalitat no fija el tiempo máximo que debe pasar un niño del resto de España en ‘aulas apartheid’
La Generalitat de Cataluña no fija el tiempo máximo que debe pasar un niño en las denominadas «aulas de acogida», una suerte de ‘aulas apartheid’ en las escuelas de la región donde los menores que no hablan catalán deben pasar un número indeterminado de horas, saltándose las clases ordinarias, hasta que dominen el idioma.
El Gobierno catalán no regula el número de horas diarias ni de años que estos niños, procedentes tanto del extranjero como de otros puntos de España, deben permanecer discriminados en estas «aulas d’acollida».
Tal y como han explicado a OKDIARIO fuentes del entorno educativo catalán, todo lo concerniente al número de horas y el número de alumnos que deben ser segregados en estas «aulas apartheid» concierne a cada centro educativo. «Es algo flexible», sostienen.
De este modo, los niños, en función del tiempo que llevan residiendo en Cataluña y del control del idioma que tengan, tras someterse a una prueba de nivel, pueden pasar en estas aulas especiales para no catalanoparlantes desde una hora semanal hasta más de quince, según lo que cada centro educativo considere oportuno.
Además, también son los propios centros educativos los que eligen a qué clases ordinarias renuncian estos alumnos segregados mientras toman clases de catalán en sus «aulas de acogida». De esta forma, agregan, como la mayoría de estos menores proceden de otros puntos de España y de Latinoamérica y ya conocen el español, les sacan normalmente de las clases de Lengua Castellana. Sin embargo, el colegio puede elegir cualquier otra asignatura para que los niños salgan de sus clases ordinarias.
Tal y como sostienen estas mismas fuentes, en las «aulas de acogida» intentan suplir los conocimientos que se están dejando de adquirir en el aula ordinaria, pero en catalán, con la consecuente pérdida de nivel porque adaptan los contenidos al escaso conocimiento del idioma que tienen estos alumnos.
El departamento de Educación de la Generalitat define estas «aulas de acogida» como lugares de «adaptación para niños de 8 a 16 años procedentes de otros países -aunque muchos de ellos son españoles- que acaban de incorporarse al sistema educativo catalán y no conocen la lengua catalana» y agrega que ayuda a los niños «a adquirir los conocimientos básicos de la lengua catalana con el fin de facilitar la adquisición de contenidos en su grupo clase lo más pronto posible».
Estos alumnos reciben una carta cuando inician sus clases en estas aulas apartadas en la que se les da la bienvenida a Cataluña, un «país diferente» que poco tiene que ver «con los vecinos de la Península Ibérica».
El texto, tal y como ha publicado OKDIARIO, incide en remarcar las diferencias con el resto de España, a la que no cita en ningún momento: «Esta diferencia se debe a varias razones, desde el antiquísimo pasado íbero y la profunda huella de Grecia y Roma, pasando por la pertenencia de Cataluña al imperio carolingio y su expansión medieval por todo el Mediterráneo, hasta llegar a la intensa industrialización del país, que, iniciada en el siglo XVIII, ha generado una arraigada tradición de trabajo y modernidad».